viernes, 20 de mayo de 2011

Santillana del Mar

Cuando mencionas el nombre de Santillana del Mar siempre aparece alguien que dice que es el pueblo de las tres mentiras, porque ni es santa, ni es llana, ni tiene mar. Aunque creo que ese dicho es bastante revisable.

Santillana del Mar pertenece a comunidad autónoma de Cantabria (España), se encuentra relativamente cerca de la costa del mar Cantábrico y a unos 30 kilómetros de Santander. Es una villa muy bien conservada que te traslada en el tiempo. Tan bien conservada está, que en 1889, fue declarada conjunto histórico artístico. Además casi todo el mundo la relaciona con las famosas cuevas de Altamira, que según los expertos es la Capilla sixtina del arte Paleolítico.


Por lo que he leído por ahí, las cuevas las descubrió un tal Modesto Cubillo, un aficionado a la caza, al que un día, su perro se le escapó introduciéndose en una cavidad que resultaron ser las cuevas. El tal Modesto al ver las cuevas pensó que ese hallazgo le interesaría a su jefe, Marcelino Sanz de Sautuloa, un gran aficionado a la Prehistoria las ciencias y demás. El caso es que D. Marcelino visitó las cuevas y su hija María Faustina Sanz Rivarola fue la que observó unos dibujos en las paredes que le llamaron la atención.

El descubrimiento de estas pinturas generó muchas dudas en el mundillo de la ciencia prehistórica del momento. El realismo de las pinturas hacia pensar que se trataba de falsificaciones y su aceptación como arte realizado en el Paleolítico fue un largo proceso. Las pruebas realizadas con el método del carbono 14, fechó las pinturas entre el año 15.000 y 12.000 a.C. Actualmente se puede visitar una réplica exacta de la cueva o apuntarse a la lista de espera y ser uno de los 9.000 afortunados que cada año pueden entrar a la cueva de verdad.


Este músico lo he colocado por aquí porque no tenía muy claro donde colocarlo. Pero sigamos..

Otra de las joyas de Santillana del Mar es la Colegiata del siglo XII. Este edifico es la clave para desmentir el famoso dicho de la villa de las tres mentiras.




En un documento romano del año 980 aparece el topónimo “Planes” refiriéndose al espacio que ocupa actualmente Santillana del Mar. Parece ser que “Planes” puede significar algo así como lugar despejado entre montañas. No es exactamente una llanura pero bueno.


Por otra parte, allá en el año 1228, y en referencia a los edificios religiosos del lugar, aparece el nombre de Villa de Sancta Llana, por lo que el topónimo actual parece una clara evolución de santa y llana, lo del mar se añadió más tarde por su proximidad al Cantábrico. Así que Santillana del Mar en el fondo es más o menos llana, por sus edificios parece que fue un lugar santo y esta cerca del mar. Hay otras versiones del nombre que hacen mención a la evolución del nombre de la colegiata dedicada a Santa Juliana. Santa Juliana- Santillana. No sé…

Al llegar a Santillana te llama la atención ver que todo el suelo está adoquinado. Si vas con sillitas de niños estás perdido a no ser que tengas una de ruedas gordas todo terreno.

La sensación es la de entrar en un pueblo medieval. Normalmente esa sensación desaparece al ver la cantidad de gente que deambula por sus calles, pero es interesante hacer el esfuerzo de imaginarse en el siglo XII en medio de esas calles y en ese entorno natural tan impresionante.


Los caballos con los que puedes pasear por la villa le dan un aire más medieval al asunto.

Los bajos de casi todas las casas se han convertido en tiendas dedicadas a la venta de productos típicos, y muchas de estas casas son posadas donde poder dormir, la verdad es que la mayoría muy apetecibles.


Además Santillana del Mar tiene un zoológico que debe estar bastante bien, no lo conozco pero me han hablado bien de él.

Y si te aburres de ver tienditas con abalorios y leer la historia de sus múltiples edificios históricos, siempre tienes la oportunidad de visitar el museo de la Inquisición, un lugar siniestro pero interesante para ver de lo que es capaz el ser humano.

Algunas fuentes:

http://www.santillana-del-mar.com/
http://www.cantabriamunicipios.es/portal/page?_pageid=84,1&_dad=portal&_schema=PORTAL
http://es.wikipedia.org/wiki/Santillana_del_Mar

jueves, 12 de mayo de 2011

Marco

Ayer, a eso de las 21 horas, me di cuenta de cómo nuestra cabeza es capaz de buscar espacios de sosiego ante situaciones de determinada tensión. Momentos en los que, en vez de estar a lo que debes estar, te da por pensar en cosas realmente absurdas.

Espero que nadie se imagine que voy a contar algo increíble. Lo que voy a contar es una estupidez, pero me llama la atención las conclusiones a las que ha llegado mi cabeza ante un suceso cotidiano.

Ayer mi mujer salió de casa a las 19.30 para acudir a una conferencia que comenzaba a las 20 horas en una localidad cercana. La cuestión es que a mi hija pequeña (3 años) le entró una crisis emocional, y no le gustó nada que su madre se marchará y comenzó a llorar de forma exagerada.

Tras unos primeros momentos de engaños y entretenimientos en los que conseguí que se olvidara del asunto, llegó la catarsis. La niña quería a su madre en casa y ahora. Más lloros.

En ese momento vi que el fino equilibrio que se mantiene en estas situaciones se iba a romper.

A partir de aquí considero que se producen tres fases:

Una primera de auto control donde las buenas palabras intentan disimular el comienzo de la tensión interna. Es el momento de frases estilo: “no llores pequeñita que mamá viene dentro de un ratito” o “mira! A ver que vamos a cenar?!” también suele funcionar algo de esto: “ya sé!, vamos a hacer una pizza y luego cuando venga mamá le digo que te dé un beso muy grande”

Esta estrategia suele funcionar, pero ayer mi hija estaba afectada por la primavera y no resultó, de manera que entré en la segunda fase.

En esta fase considero que la cordura comienza a disiparse. Es el momento donde la tensión comienza a ganar su particular pulso. De las frases amables pasamos a un lenguaje un poco más incisivo. Esta puede ser una secuencia lógica aplicando los parámetros de crisis- prolongándose- en- el- tiempo: “Que pena, porque si lloras tanto, no vamos a poder hacer pizza.” “Pues si sigues llorando de esa manera, no vas a cenar” “Creo que no vas a cenar”

A partir de aquí la situación se convierte en insostenible y hay que actuar. Tercera fase. No vale ser blando, hay que tomar decisiones valientes y llevarlas hasta sus últimas consecuencias. “Pues mira, ¿sabes que te digo?, que te vas a ir a la cama ahora mismo y sin cenar, por llorona” “ Tanto ya! La moco esta, que no deja de llorar” Y entonces cumples con tu amenaza.

Al meterla en la cama comenzó a gritar de manera desgarradora. Aquí ya había perdido el control y es cuando se recurre a frases estilo: “ya puedes gritar lo que quieras que ahí te quedas” o “como sigas dando esos gritos te saco a la escalera y te quedas toda la noche ahí fuera”

Viendo que ninguna de mis palabras conseguía aliviar sus gritos y lamentos, decidí ignorarla y prepararme “tranquilamente” mi cena.

Mientras preparaba una ensaladita, unos gritos de “mamááááá, mamáááááá” llenaban la casa. Yo había decidido que por nada del mundo iba a consolarle más, había quemado sus oportunidades. Los gritos y los lloros cada vez eran más fuertes, pero fue en ese momento cuando mi cabeza reaccionó. Comenzó esa búsqueda de espacios de sosiego en situaciones de tensión.

Al oír tantas veces la palabra “mamá”, mi mente comenzó a recordar la serie de dibujos animados de “Marco, de los Apeninos a los Andes”. Una serie que marcó la infancia de mucha gente.

A pesar de los gritos de mi hija, comencé a ver la imagen de Marco corriendo por el muelle despidiendo a su mamá que emigraba a América.

Y lo más curioso es que, a pesar de los gritos y lloros de mi hija, pensé que hoy en día esa serie estaría prohibida en horario de menores, por su crueldad, por su dureza, por el guión… En el primer capitulo Marco se queda sin su mamá, acojonante.

 

Si observamos bien la secuencia, concluyo que es digna de análisis. Marco en un primer momento niega la ausencia de su madre, se revela, no la quiere ver. Luego, en el momento en el que reacciona, llega a caer hasta tres veces. Cuando, por fin ve que su madre se ha ido, se llena de esperanza y promete una búsqueda interminable. Increíble. Analizable

De todas formas, seguro que hay algún estudio de esta serie. De esos estudios que hablan de la relación de Epi y Blas, del hedonismo de Winnie the Poo, del racismo y tendencia sexual de Tintín, de Roberto Alcazar y Pedrín, de la comuna de los Teletubbies, por no hablar de Blancanieves y los siete enanitos…

Bueno, pues eso, que la cabeza te lleva a estas cosas en situaciones tensas. Al final la niña se durmió, pero después de veinte minutos gritando. Uf!