Hace unos días tuve la suerte de
conocer un lugar muy interesante para dejarse llevar y disfrutar de los
productos más auténticos de la tierra.
El restaurante” Remenetxe” (http://www.remenetxe.com), un lugar donde se disfruta de una cocina
elaborada con productos de primera calidad y donde la carta varía en función de
la disponibilidad de dichos productos, es decir, que te ofrecen lo que sus
proveedores les han vendido como lo mejor de lo mejor.
Por lo que he oído, este
restaurante rechazó en su día la posibilidad de optar a una estrella Michelín por no renunciar a su filosofía de cocina basada en productos de temporada y de
primera calidad.
Este comedor está pensado para
unas 15 personas y es un gusto. Me imagino una comida de amigos en ese lugar y
me pongo nervioso.
La variedad en su bodega es
llamativa por inesperada, y al
contemplarla reafirmas tu desconocimiento del mundo del vino. ¡Hay etiquetas de vinazos jamás
vistos por mis ignorantes ojos!
Todo esto era para mostrar el
contrapunto al plato que hoy presento. Tal y como está la cosa (por no decir la
dichosa frase de “con la que está cayendo”) parece que no hay que ser muy
ostentosos en nada, y mucho menos en la cocina. Por eso os presento un plato
muy rico pero de crisis, la pasta con gambas.
La pasta con gambas no tiene
ninguna complicación, pero son los clásicos elementos de los que siempre
disponemos en casa, pero que nunca vemos
la ocasión de mezclarlos.
Yo aconsejo este plato para un
sábado lluvioso en el que no tienes ningún plan especial por la tarde. Es
perfecto para comer rápido, disfrutar comiéndolo, poder echar una siesta y aún
tener tiempo para disfrutar de la tarde.
Los ingredientes no podían ser otros que las gambas, que en
este caso son congeladas
Y
la pasta acompañada de unos dientes de ajo.
Lo primero es poner un chorro de
aceite de oliva en una sartén y cuando el aceite se caliente, introducir los
ajos picado en trozos pequeños. Más tarde añadir un poco de perejil y dejar que
el calor de la cocina actúe.
Cuando nuestros ajos comiencen a
dorarse, introducir las gambas y añadirles un poco de perejil picado. Las
gambas reducirán su tamaño. Hay que estar atentos en no dejarlas mucho tiempo, porque se
quedan enanas y se acaban "secando".
Mientras, en una cazuela hervimos
agua y le añadimos la pasta. Alguna vez ya he comentado que a mí me gusta la
pasta que está un poco dura, por eso creo que con 12 minutos de cocción me
bastan, pero cada uno que haga la pasta como quiera...
Una vez cocida la pasta y las
gambas en su punto, llega lo complicado de este plato, la mezcla.
Mezclamos la pasta con las gambas
y a comer. En cuanto a elaboración no aporta nada, pero el resultado está buenísimo.
De todas formas si lo de la pasta y la gamba no os acaba de convencer, podéis acercaros al “Remenetxe”, a ver qué os proponen…
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