Conducir es divertido. Que un aparato con ruedas te lleve a los sitios resulta cómodo. Cada vez me gustan menos las palizas de horas conduciendo, pero el hecho de pisar un pedal y mover un volante, siempre me ha gustado.
Dentro de un coche creo que nos transformamos, hay algo de caverna protectora que nos aisla del exterior y nos convierte en seres despreciables. Cuantas veces hemos sentido las ganas de matar con las manos en el volante...
Una cosa que me gusta de la conducción es cuando al volante damos las gracias a alguien. Todos ponemos la misma cara. Bajamos levemente la cabeza, apretamos de forma rara los labios, levantamos una mano, y nos entra una emoción interna indescriptible...
Toda esta chapa es para enseñar un video que ví hace tiempo que me hizo gracia, y como he aprendido enlazar con youtube me hace ilusión ver si el asunto funciona.
Este que se ve es el que controla ahora os pongo el del que aprende de verdad.
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