martes, 23 de noviembre de 2010

De Monasterios y leyendas

No había mas fines de semana y el “Weekendplan” se caducaba. Buscábamos algo cercano, no más de dos horas, y las opciones no eran muchas. A pesar del mal tiempo era complicado encontrar un lugar donde pasar el weekend…plan.

Tras mucho investigar decidimos visitar un lugar ya conocido, pero interesante.
San Millán de la Cogolla.





“Hace más o menos mil años, un monje de San Millán lee un códice escrito en latín. Va tomando notas para comprender la gramática y aclarar los significados. A esas notas se le llaman glosas, las Glosas Emilianenses. Es el primer texto escrito en castellano.”

Este parrafito sacado de www.monasteriodeyuso.org resume lo que pasó hace tanto tiempo en aquel misterioso lugar.


Parece ser que San Millán era un santo con bastantes seguidores, de hecho, fue propuesto como patrón de España, lo que es ahora Santiago.

Millán era un pastor que con veinte años decide encerrarse en una cueva y entregar su vida a Dios. En su época, 473 – 574 (101 años), la esperanza de vida era de 30 años, por lo que la gente le consideraba un ser divino. Su fama le hizo tener presencia en la iconografía, en las batallitas populares, leyendas, apariciones en batallas contra moros etc.

El caso es que muchas personas se hicieron seguidores suyos y querían vivir como él. Al crecer el número de seguidores fue cuando se empezó a construir el monasterio alrededor de las cuevas.


Al monasterio acudía gente de todas partes en peregrinación y muchos dejaron en las paredes del monasterio mensajes y dibujos tipo “graffiti medievales”



El Rey navarro García Sánchez III “el de Nájera” era muy devoto de San Millán y quiso trasladar la reliquias del santo muerto al monasterio de Nájera para así darle más importancia al lugar. Cuenta la leyenda que los bueyes que empujaban la carreta con los resto del santo, al llegar al río que hay debajo del Monasterio de Suso (el de arriba), decidieron no seguir caminando. Se les castigó, descansaron, comieron, etc. pero los bueyes no quisieron seguir caminando. Tal situación fue atribuida a un nuevo milagro del santo que no quería marcharse del lugar donde había vivido toda su vida. Por eso en el lugar donde lo bueyes pararon, se mandó construir el Monasterio de Yuso (en latín, el de abajo), donde hoy en día descansan los restos del santo.

Cuando ves el lugar intentas trasladarte a esa época, y a pesar de ser un lugar bastante salvaje, borras mentalmente las carreteras, las casas, los cables de electricidad, todo aquello que no existía, pones más vegetación, mas problemas para acceder al agua, no luz, frío, humedad, no comida, lobos, jabalíes….
¿Qué haces encerrado en una cueva toda tu vida? En fin….


Fue en este lugar donde años después, un monje ponía notas en romance viejo para comprender textos en latín… y también en euskera.

Toma ya!

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