Estos días está de moda hablar
del petróleo… o las compañías de petróleo. Y no he querido ser menos y he
aprovechado el tirón para enseñaros unas fotos que saqué en una conocida refinería.
No quiero entrar en polémicas estériles,
pero si hacer una reflexión de lo dependiente que somos de unos recursos que se
van acabando y que su posesión se convierte en algo primordial.
Y es que, cuando te explican la
cantidad de cosas que necesitan de derivados del petróleo para su fabricación,
alucinas.
A veces cuando estoy atrapado en
un atasco, suelo imaginarme la cantidad de litros de combustible que en ese
momento me rodean. Me imagino los millones de litros de crudo que se refinan al
día para que todos podamos circular con nuestros vehículos. Y lo peor, que ese líquido
que sale del suelo se va a acabar.
Un liquido mágico que los
primeros hombres utilizaban para pintarse el cuerpo y que tenía la curiosa
propiedad de conservar el fuego, el óleo de las piedras que brotaba sin
necesidad de hacer agujeros y que no se le daba valor hasta hace bien poco.
Dicen por ahí, que sólo queda liquido mágico para los próximos 32
años, por eso el que encuentra un yacimiento se convierte en Gollum, una
personalidad maligna capaz de matar por su anillo, “su tesoro”.
Una refinería es una instalación
llena de tubos. Un mundo increíble donde el crudo transcurre por miles de tuberías para convertirse en gas, butano,
nafta, queroseno, gasolina, alquitrán… Hay
miles de tuberías, pero cada una de ellas tiene su función.
En honor a este simpático liquido
que tantos problemas nos da y nos dará, voy a elaborar la Pasta YPF.
Un plato muy sencillo pero que
tiene su toque de sorpresa al utilizar la pasta negra. Una pasta como la normal
sólo que está teñida con salsa de calamar o sepia. Dicha coloración le da un
leve sabor a mar que la convierte en una pasta muy interesante para combinar
con gambas o con salmón o atún… en fin con cosas del mar.
Los ingredientes: pasta negra,
gambas, ajos, perejil, mantequilla, leche o nata y queso en lonchas.
Cocemos la pasta en agua
hirviendo siguiendo las indicaciones del fabricante. En mi caso con 5 o 6
minutos la pasta estaba en su punto.
Mientras cocemos la pasta podemos
poner una sartén con un poco de mantequilla, ajo y perejil y salteamos las
gambas.
Cuando las gambas estén hechas, añadimos un poco de leche o nata y un par de lonchas
de queso. Removemos para que el queso se funda.
Para servir podemos mezclar la
pasta con las gambas o servir por separado. Un plato muy sencillo pero que a
mucha gente le llama la atención porque nunca han probado la pasta negra. Un
homenaje a nuestro querido “petro óleum”
Son cosas mías o has cambiado el diseño del blog?
ResponderEliminarOye, una cosa, la receta tiene un pintón ¿por qué no te animas a presentarte a este concurso http://www.velocidadcuchara.com/2012/04/9o-reto-todo-por-la-pasta/id=10957? En cualquier caso y aunque no ganes se acaba publicando en un recetario y se nombra tu blog... creo que puede ser interesante.
Voy cambiando para no aburrirme...
EliminarVoy a investigar ese concursete. Gracias por comentar!
Buena pinta este "chapapote".
ResponderEliminarChapapote de calidad, y eso que en la foto sale un tanto mustio, pero esta muy bueno.Gracias
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