miércoles, 8 de junio de 2011

Neveras

En “Wikipedia “dicen que; la nevera, refrigerador, frigorífico o heladera, es el electrodoméstico más común del mundo. Allí donde haya electricidad hay una nevera, refrigerador o heladera.

Yo creo que es el electrodoméstico en mayúsculas, el aparato que da sentido a un hogar, el lugar donde se esconde todo aquello que nos hace sobrevivir y disfrutar.

Este homenaje a la nevera se debe a los consejos de un compañero de trabajo que me animó a hacerlo. “La nevera es una temazo”, me dijo. Y tiene razón porque es un aparato que dice mucho de nosotros y nuestras costumbres.

Por mucho que parezcan todas iguales, cada nevera es un mundo, tanto por fuera como por dentro. Hay neveras de todo tipo, y desde el momento que elegimos una, estamos proyectando nuestra personalidad en ella. También es cierto que normalmente nunca compramos las cosas que nos gustaría tener. A todos nos gustaría tener una nevera muy grande, con dos puertas, dispensador de agua fresca y hielo troceado, pero…

La nevera es un lugar digamos que “intimo”. Cuando visitas la casa de un amigo o conocido, y tienes acceso a su cocina, es normal echar un vistazo a la decoración, los muebles… y a la nevera. No hay nada más interesante, que abrir la nevera de una casa ajena. Es una acción indiscreta, una especie de invasión en la intimidad de ese hogar. Normalmente, cuando vamos a coger algo de la nevera de una casa que no es la nuestra, pedimos permiso. Necesitamos que el dueño de la nevera nos dé su autorización para abrirla.

Al abrir una nevera ajena nos fijamos en muchas cosas. Primero buscamos la lata de cerveza que hemos demandado, pero inmediatamente después miramos todo lo que hay, o no hay. También observamos dónde están las cosas y las comparamos con la disposición de las nuestras. Una nevera rebosante de cosas apetecibles siempre da envidia, y una con muchos huecos y productos desinflados genera desazón. Por eso es importante tener la nevera presentable cuando tienes visita en casa o anunciar, antes de que nadie la abra, que esa semana no has tenido tiempo de hacer la compra, que eres un desastre, que ya pedimos algo, etc., etc. En las fotos que os muestro, mi nevera está, digamos que, poco interesante…

Por fuera, en casi todas las casas, la nevera se ha convertido en un pequeño tablón de anuncios o en una agenda. En la puerta de una nevera podemos leer todo tipo de avisos, horarios, quedadas, teléfonos de interés, podemos ver recortes de ofertas, recetas, etc. Además todos estos papeles están atrapados por imanes de todo tipo.



En el caso de mi nevera, además de avisos, fechas, calendarios, tickets, ofertas y demás, hay pegatinas que decoran las diferentes alturas a las que llegan mis hijos.

Mi nevera es bastante vulgar pero “no frost”, que sino no eres nadie. Soy de los que piensa que no merece la pena gastarse mucho dinero en aparatos que duran 5 años, que en caso de avería ya no se arreglan porque resulta más caro el arreglo que comprar uno nuevo. Y puesto que todas se fabrican en el mismo lugar, o con piezas fabricadas en "ese" mismo lugar, decidí buscar la que por dentro más me convenciera.


Cada ser humano tiene sus manías a la hora de ordenar las cosas, por eso es importante que la nevera, por dentro, satisfaga tus inquietudes. Para mí es importante la ausencia de obstáculos: botellero, bandejitas, estructuras plásticas, etc. Y me gusta la simpleza en la botonería. Es decir, yo pongo la nevera al 6 sobre 10 y me olvido, no me gusta que tenga posición de invierno, posición predominio de verduras, posición verano…


En la puerta existen las clásicas baldas para la botellas, los huevos, las latas abiertas que no sabes donde colocar, y siempre hay una balda con cosas que no se usan casi nunca pero que “tienen” que estar ahí. En una de mis baldas hay una mermelada que lleva más de un año sin que nadie la pruebe, creo que unas alcaparras, una crema hecha con plantas medicinales y una mostaza que nunca se acaba. Periódicamente, cuando hay compra grande, esta balda se llena de novedades, pero al final siempre quedan las mismas cosas.

Fundamental la colocación de las cosas según la balda. Para mí, la situación de la luz condiciona todos los espacios. Es importante que llegue luz a toda la nevera. Normalmente, cuando has realizado la compra del siglo, la nevera tiende a quedarse en penumbra, ya que las hojas de lechuga “tapan” la luz, esa situación me produce estrés. Lo llamo el estrés de la nevera llena. Cuando la nevera está llena se tiende a vaciarla, es decir, se consume más rápido, tienes la sensación de que hay que hacer hueco. Si la nevera esta vacía y llena de luz, consumes menos, no hay que hacer hueco… cosas de uno.


Dejo aquí mi primera reflexión sobre la nevera, otro día hablaré de la importancia de quitar los cartones de los yogures, del universo de los cajones de verduras y frutas, de las bandejas de los hielos y su problemática, de los resto de comida que aun sabiendo que jamás serán consumidos pasan una temporada en la nevera y de otras muchas cosas que ocurren en nuestras neveras.

5 comentarios:

  1. Digno de monólogo...

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  2. Esta en algodon(leible.. vaya palabreja) pense que relataria algun truco o tips y me di cuenta que me habia leido too.. salutos.. @ldlcruz

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  3. todavía te queda todo lo del interior para monólogos próximos

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    1. Ja,ja,ja, lo tengo pensado pero antes he de llenar la nevera!

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