viernes, 8 de julio de 2011

Revuelto Rodríguez

Esta semana me he quedado en casa de “Rodríguez” (término que se populariza en los años 60-70 del siglo pasado, y viene a definir al marido que se queda sólo en casa mientras el resto de la familia disfruta del verano en el pueblo o lugar de veraneo).

Lo típico estando de “Rodríguez” es hacer mil quinientos planes y luego no hacer nada, por eso he aprovechado el tiempo y he decidido sacar fotos a una nevera de un “Rodriguez” para analizar la situación.

La verdad es que mi situación no es la más académica, ya que sólo es una semana y me gustan las tareas domésticas. Aun así, el momento es digno de análisis.


Lo primero es analizar la nevera. En la puerta siguen los elementos de siempre. Ya comenté en otra entrada, que hay cosas dentro de una nevera que no varían a no ser que ocurra algo tremendo. Ahí están las alcaparras, la loción anti- quemaduras y la mostaza que nunca se termina. Hay menos huevos, más yogures (no están los niños) y más cerveza (fundamental para ser un buen “Rodríguez”)


Si miramos hacia la zona inferior, se nota claramente la ausencia femenina en el hogar. No hay cosas verdes, apenas queda una frutilla en el plástico, y la clave de mi receta: un manojo de puerros dispuestos a invadirlo todo. Curiosamente los puerros crecen dentro de la nevera, si uno se despista pueden llegar a invadirlo todo.


Esos puerros invasores me han hecho decidir la cena. Es una receta muy tonta y sencilla pero está muy buena, se trata de un revuelto de cebolla con puerro y queso. En este caso no tengo queso pero da igual…


Lo primero es convertir los puerros invasores en agradables puerros comestibles. La cosa es sencilla, no hay más que quitar lo feo, y limpiar la arenilla que suele haber dentro del puerro. Una vez limpios parecen otra cosa.


Luego hay que picarlos y hacer lo mismo con la cebolla.



Primero ponemos la cebolla picada en una sartén con aceite, y cuando esté doradita añadimos el puerro.



Lo rehogamos todo, y cuando veamos que se va secando le añadimos agua caliente. Lo dejamos un rato hasta que nuestras verduras estén blanditas.

Lo de estar de “Rodríguez” tiene sus pegas, ya que quieres hacer mil cosas a la vez y es fácil que mientras haces fotos para el “blog”, quieras oír la música que hace años que no oyes, a la vez pones la lavadora, abras un botellita de vino, etc. Con tanto ajetreo las verduritas se te pasan y se queman un poco. No pasa nada.
Cuando veamos que la cebolla y el puerro se han convertido en una especie de puré, le añadimos huevo batido. La cantidad de huevo irá en función del número de comensales y de las cantidades de verdura que hemos utilizado. En este caso, (Rodríguez), he utilizado un puerro, un cuarto de cebolla y dos huevos. Lo mezclamos todo y ya está.

Si tienes queso en lonchas, pónselo por encima y deja que se derrita el queso… está muy bueno.


Como veis la cebolla se me ha quemado un poco y no tenia queso… todo no se puede. Estar sólo en casa es lo que tiene.

4 comentarios:

  1. A mi mujer no le gusta la cebolla...a ver sí haces una receta sin cebolla rica y con fundamento!! Por cierto,porque se denomina"rodríguez" y no otro término? "sanchez","fernández"...hay que investigar sobre eso.
    Saludos

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  2. Hare recetas sin cebolla...
    No he encontrado ninguna referencia a lo de "Rodriguez"... y eso que he mirado.

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  3. Sigo buscando recetas sin cebolla

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  4. De verdad que lo hago

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