viernes, 28 de octubre de 2011

Bilbao



Hay quien dice que su nombre puede venir de la unión en euskera de las palabras río y ensenada (bil-ibaia-bao) otros argumentan que es una evolución de bello vado, incluso existe la teoría de dos poblaciones a ambos lados de la ría, una en el actual Casco Viejo llamada Billa y otra en el otro lado llamada Vaho. El caso es que el nombre oficial del municipio es Bilbao y en euskera Bilbo.

Los vizcaínos cuando estamos fuera de la provincia decimos que somos de Bilbao aunque luego, dentro de la provincia, presumamos de ser oriundos de otros municipios. Me imagino que de ahí viene el dicho que dice que la gente de Bilbao nace donde quiere.

De Bilbao se pueden contar muchas cosas, pero me gustaría hacer una reflexión sobre una ciudad que no ha necesitado de unas olimpiadas o una exposición universal para dar un cambio radical. Una ciudad con un pasado totalmente industrial convertida en una acumulación de espacios agradables, creados por los arquitectos más afamados del planeta.

Al pasear por sus nuevos jardines, al contemplar sus edificios, me entra una especie de vértigo interno pensando en cómo es posible que sigamos viviendo en un lugar donde ya no se produce, fabrica, extrae casi nada. Dicen que nos hemos convertido en una ciudad de servicios, pero tengo la sensación que hay demasiados “servicios”. Cierto es que esa conversión a ciudad de servicios ha llenado la ciudad de espacios que no hacen sentir orgullosos.

Los bilbaínos siempre han tenido fama de ser chulos (en general todos los vizcaínos la tenemos) Si antes, cuando la ciudad era gris y sucia, éramos chulos, ahora ni te cuento.

Una cosa difícil de comprender para las gentes de fuera, es nuestro peculiar orgullo por la baldosa de Bilbao. Esta tipo de baldosa se comenzó a fabricar a principios del S.XX y su peculiaridad era su dibujito y las virutas de hierro que la cubrían, estaban pensadas para dejar correr el agua. Hoy en día son de otros materiales y ya hay calles donde han desaparecido, será porque parece que ya no llueve tanto y son incomodas para andar con tacones.



Aunque nos costó aprender el nombre, no cabe duda que la joya de la corona es el Museo Guggenheim. Su llegada a Bilbao fue fruto de la casualidad y la necesidad, la de la fundación Guggenheim por expandirse, la de Bilbao en transformarse y la de Frank O. Gehry por construir algo que le encumbrará. En un principio iba a ocupar otro lugar pero Gehry se subió al monte Archanda, desde donde se ve toda la ciudad, y señaló el lugar: “Ahí”. Es el comienzo de la transformación total, colocar un museo como alternativa a siglos de industria. En principio parece una locura pero parece que funciona…




Fuera del museo está Puppy (cachorro) obra de Jeff Koons que es el que cuida la zona. El perrito iba a estar una temporada pero como gustó mucho se ha quedado para siempre.


También hay una araña que protege al museo, se llama Mamá tiene casi nueve metros de altura y es un homenaje del autor a su madre, que era tejedora. Que majo el chaval.



Otro lugar de orgullo es el Palacio Euskalduna que ocupa el espacio donde antiguamente se construían barcos y donde la actividad industrial era increíble. El palacio fue declarado en 2003 como el mejor Palacio de Congresos del mundo, cosa normal tratándose de Bilbao.




En la zona ya sólo queda para el recuerdo la grúa “Carola”, llamada así en homenaje a la mujer del operario que la manejaba, que todos los días le llevaba la comida. “! Que viene la Carola!”.


Nuestro último icono de la chulería es la Torre Iberdrola. Un pepino de 41 plantas diseñado por Cesar Pelli, que emerge, orgulloso, a pesar de estar prácticamente vacío. Me imagino que con el tiempo se llenará de empresas de “servicio” y darán esos servicios a alguien que los necesite, pero no sé…




Y puestos a chulear, hablar del arco de San Mames, nuestro querido campo donde el Athletic nos ha dado tantas alegrías y algún que otro susto. No me gusta salir en fotos, pero esta hay que enseñarla, porque ¿Quién no ha soñado con subir al arco de San Mames? Toma ya!!



6 comentarios:

  1. Pepitorio, al principio he echado en falta algo así como que Bilbao se llama así porque a los bilbaínos les ha salido de los mismísimos, jajaja.

    Ah, y te veo muy condescendiente con toda la especulación que se ha movido con esa transformación de Bilbao...

    Es que vas de chulito y así no se puede... jajaja.

    [¿Qué será del arco cuando desaparezca el viejo San Mamés?]

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  2. el arco tiene ya lugar privilegiado en la nueva zona de la Ribera de Zorrotzaurre,....

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  3. Pepitorio,..día a día te superas,...impresionantes fotografías y comentarios a su nivel,....

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  4. Gracias por los piropos!
    Trataremos el tema de la especualción y de la nueva ubicación del arco... Aunque en Bilbao no se especule...

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  5. Bonitas fotos de nuestro botxito, ay Bilbao botxo botxito. Para cuando una historia sobre nuestra Otxoa?
    Saludos

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  6. Por cierto, se me olvidó decirte en el comentario del otro día que tú te has olvidado de La Alhóndiga, de las pocas cosas que me han impresionado últimamente de las que tenéis por Bilbao...

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